Este fin de semana disfruté de un par de días de descanso practicando esquí en la preciosa estación de Formigal (Huesca). Sol y mucha nieve para deleite de todos los visitantes a los que nos gusta este entorno y este deporte.
El lunes, ya en Madrid, escuché la noticia de que, precisamente en esta estación, tres esquiadores habían sido sorprendidos por un alud. Uno de ellos, en estado grave. Desde aquí aprovecho para desearle su pronta recuperación.
Esta noticia me dio que pensar. ¿Cómo tres personas que estaban en las pistas balizadas, sin tomar ningún riesgo elevado, haciendo lo que “debían” se vieron envueltas en tan dramática situación?.
El alud se va formando repentinamente, posiblemente muy lejos de ti. A su paso, va incorporando nieve convirtiéndose en una tremenda masa que se lleva por delante todo lo que encuentra. En sus comienzos, el alud es pequeño, inofensivo pero, cuanto más tiempo pasa, más peligro incorpora. Y además, se caracteriza por presentarse súbitamente, sin avisar.
Cuando estás en su punto de mira, la única oportunidad que tienes de salir bien parado es“estar lo mejor preparado posible”. No evitarás el alud, pero podrás limitar sus efectos.
Realizando un paralelismo entre este hecho y lo que vivimos a diario en el ámbito económico y social, me di cuenta de que todos estamos expuestos a aludes permanentemente.
Las crisis, como los aludes, se van formando poco a poco, quizás muy lejos de nosotros, pero cuando nos atrapan ya en toda su extensión, ya no tenemos otra que defendernos como podamos. Y, normalmente, nuestra capacidad de reacción es ya muy escasa. Esto es lo que ha sucedido y sigue sucediendo en la actualidad a cientos de miles, millones de personas.
La clave está en prepararse lo máximo posible en tiempos de bonanza. Cargar la mochila con formación, con ahorros, con contactos, con planes alternativos, con proyectos bien asentados es lo que puede minimizar el impacto de una crisis cuando, repentinamente, nos sorprenda. Constancia, entusiasmo, responsabilidad, esfuerzo, objetivos, planes, voluntady todos esos ingredientes del éxito que conocemos. Esto es lo que nos puede ayudar en épocas de crisis.
¿Qué tal si hubiéramos tenido todo esto incorporado e interiorizado al máximo en los momentos actuales?. Seguramente, los efectos de este alud, de esta crisis nos afectarían en menor medida. Ten en cuenta que, probablemente tú no puedes evitar la aparición de crisis. Lo que si puedes hacer es salir más preparado a andar tu camino.
¿Y una vez que ya estoy metido en el punto de mira del alud?, ¿una vez que la crisis ya forma parte de mi entorno?. Ahora no queda otra, actúa, utiliza todo tu potencial y corre más deprisa que la nieve. Sobrevive, innova, arriésgate, busca otros caminos, sal de la estela.Cuando vemos las “orejas al lobo” somos capaces de conseguir resultados excepcionales. Compruébalo.
Content by Plataforma TopTen Business Experts